Capítulo 3 – Memorias de un gran campeón Mi vida detrás de la mira Junio 2012

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MI PRIMER CAMPEONATO NACIONAL

Amigos como leyeron en el capítulo anterior fue tanta mi ambición por ser uno de los mejores en el campo de tiro, que cada día de mi vida de aprendizaje, me imponía mayores retos, mayores pruebas para lograr mi objetivo, por supuesto esto implicaba aprender de los mejores y ser uno de ellos y el orgullo de mi maestro, no siendo otra persona que mi querido Padre.

A mediados de 1950 participé en varios torneos ganando tres premios a la distancia de borrego a 400 mts, lo cual me permitió participar en el torneo anual de ¡vencedor de vencedores!, esta lista clasifica a los ganadores de trofeo con rifle de alto poder en el año, el organizador de esta competencia fue el Señor Jorge Ceballos, presidente y dueño del Club Santa Fe, en dicho torneo obtuve el tercer lugar, lo cual a mi edad de 10 años me permitió figurar y posar entre los grandes siendo fotografiado como el participante más pequeño, pues mi rifle Mausser o llamado Mosquetón 7 mm de los que usaba el Ejercito Mexicano media aproximadamente 1.20 cm y yo con una estatura de 1.30 cm.

Bien amigos ahora les voy a platicar como fue mi participación en mi primer campeonato nacional que me toco asistir, para esto era el año de 1951 y en una reunión con mi padre en el comedor de la casa nos dijo a mi hermano Antonio y a mi, que nos iba a inscribir para que participáramos en nuestro primer campeonato nacional, con esta oportunidad nos entusiasmo mucho pero a la vez yo estaba muy pensativo de que siendo un campeonato nacional vendrían personas de toda la república, no sabía si la gente era amable o no, no me imaginaba yo el ambiente que se viviría, como podían ser los competidores de otros lados, no sabía si encontraría otros niños tiradores y me angustiaba el saber que no teníamos nosotros un rifle 22 adecuado para tirar a la distancia de 150 metros, pero mi tío Feliciano Razo tenía un rifle 22 muy bueno, era un Winchester 52 calibre 22 adaptado con mira Lyman para poder tirar mas seguro a esa distancia, entonces de ahí también la importancia que tiene el tirar o competir con un rifle prestado que nunca haz disparado con él, mi señor Padre que fue nuestro maestro siempre nos dijo como era la mira Lyman, que era una figura redondita atrás con una agujerito chiquito que se llamaba pitsize el cual se tenía que centrar a una mira delantera y esa misma mira se tenia que central al objetivo al que se iba a disparar y desde luego jalar el gatillo con mucha suavidad, ya siguiendo todas las indicaciones de mi maestro.

Por fin llegó el día tan esperado, nos inscribieron a el campeonato y todo comenzó a funcionar, llegaron tiradores de toda la republica entre ellos una columna grande de tiradores de San Luis Potosí, si mal no recuerdo eran 13 encabezados por Don Antonio Benavente y muchos tiradores más, era un ambiente inolvidable, gente por todos lados y los nervios cada vez eran más y más ya que se acercaba la hora de entrar al balcón de 150 metros, por fin llegó la hora, estaba muy nervioso por que era mi primer campeonato nacional y no sabía yo si iba a tirar bien, si iba a tirar mal, o iba a quedar muy mal con el rifle prestado de mi tío, se vino el momento de disparar, dijeron fuego y comencé a disparar a 5 pollos emperchados a la distancia de 150 metros en aquel entonces eran únicamente 5 disparos, un disparo a cada uno de ellos, de los cuales de cayeron 3 de los 5 pollos y cuando terminé mi serie de 5 tiros mandaron a revisar, cual sería mi sorpresa que los 3 que se habían caído, los 3 estaban tocados, 2 muertos y otro herido, pero finalmente estaban tocados y contaban como buenos.

Me la pasé observando a los competidores que entraban al balcón y me ponía muy nervioso el ver que pegaban uno y otro pollo, por fin finalizó el evento, ahora vendría el momento de revisar la lista de los resultados, en total fuimos 107 participantes en ese balcón de 150 metros, había 2 ó 3 niños más pero la mayoría eran personas adultas ya con mucha experiencia como tiradores, era hora de entregar los premios y nombraron a ver, Rodolfo Rizo Nájera, entonces ya pasé al frente y me dijeron tiene el 1er lugar en gallo a 150 metros por lo cual es el nuevo Campeón Nacional de este balcón, me felicito toda la gente, me dieron una medalla de oro puro que daba don Gonzalo Aguilar en esa época, cuando tuve en mis manos esa hermosa medalla, lo que sentí fue algo indescriptible, no podía creer que le hubiera ganado a los grandes tiradores, ese premio significó el saber que sí podía yo hacer las cosas, lo que representaron cada uno de los aplausos que recibí despertaron un fuego interno y esa fortaleza que me dio el que las personas me aplaudieran y se preguntaran, ¡quién era yo!, a partir de ese momento ya mi nombre se daba a conocer y eso me hacía ser más exigente conmigo mismo para siempre dar un buen resultado pero más que nada llevarme en la mente todos los aplausos que podría escuchar a lo largo de mi carrera, me tomaron muchas fotografías que desgraciadamente no tengo, pero puede conservar las que salieron en el periódico, me sacaron una muy buena que pienso compartir con ustedes, donde en ese mismo evento estoy tirando al borrego de 400 metros, ahí se ve claramente la posición que tengo que es muy incómoda por el tamaño que yo tenía y los rifles que no estaban adecuados para que tuviera mayor comodidad, pero en ese momento a como dice la revista estoy abatiendo un borrego, también le pegué a un borrego a esta distancia, pero no logré llegar a los desempates por que había pegado 2 de 4 tiros.

Aprovecho para comentarles que esta posición tan incómoda en la que yo me acostumbré a tirar hasta hoy en día, mi brazo izquierdo esta recargado en la cintura, mi mano izquierda esta recogida hacia el guardamonte, el pie izquierdo estaba fijo y el pie derecho flotando, mi posición era tan diferente a la forma tradicional en la que todos los tiradores se empuñaban el rifle, que fui criticado por no seguir el mismo patrón de los grandes competidores, afortunadamente a todos los campos de tiro que recorrí en México y en el Extranjero al tirar el rifle 22 y alto poder el 95% ó más adoptaron la misma posición que yo adopté desde niño sin copiarle a nadie simplemente era la posición que mi cuerpo adoptó para poder tirar.

Amigos no importa la edad, el tamaño que tenga la persona, si es fuerte o no, si es niño o adulto, si el rifle es tuyo o prestado, lo que importa es la motivación que se tenga, pero sobretodo las ganas de superarse ante los grandes competidores para lograr ser mejor cada día, esa emoción que llevo guardada en mis recuerdos es inexplicable ya que mi primer premio en un campeonato nacional fue de los mejores logros de mi vida y lo que desató esta enorme pasión por este deporte que tanto amo y que tantas cosas buenas me ha dejado en mi vida.

Finalmente les comparto la foto que comentaba en líneas pasadas.

Por Rodolfo Rizo Nájera