LOS NIETOS, UNA HERENCIA EN VIDA
Queridos amigos, ustedes ¿alguna vez se han topado con un ángel sin saberlo?
Les voy a platicar una anécdota muy curiosa que me ocurrió a mí y a mi esposa en un viaje que hicimos a la ciudad de San Luis Potosí.
Recuerdo muy bien que era la época del año en donde las lluvias no paraban y era muy peligrosa la carretera, nosotros nos fuimos con mucha anticipación para llegar a tiempo al evento en los halcones de San Luis Potosí, en esta ocasión solo iba con mi esposa, mis hijos tuvieron que quedarse en casa porque tenían exámenes finales de curso y no podían faltar, por lo que esta aventura solo fue mía y de mi esposa.
En aquel evento era muy difícil apuntar las armas por que la lluvia no cesaba y no se alcanzaba a ver muy bien donde pasaban los tiros, así que los tuve que apuntar un poco al tanteo y lo mejor posible.
El evento comenzó y apenas se podían ver las siluetas eran las 8 de la mañana pero parecía que era más temprano por toda la neblina que había, hacía mucho frio y el viento no estaba a favor de ninguno de los competidores, me toco abrir en el balcón de guajolote a 77 mts y no me fue nada bien, no tenía forma de rectificar mi arma, la competencia seguía su curso y al mirar el pizarrón las notas de todos eran muy bajas, a la mitad de la competencia ceso un poco la lluvia y las notas empezaron a subir, me toco cerrar en el balcón más fácil de 60 mts y logre pegar los 10, lo que me ayudo a sumar los puntos suficientes para colarme a los desempates por el primer lugar acumulativo.
En la línea de fuego estábamos cinco grandes amigos, Enrique Kuess, Enrique Correa, Manuel Ortega, Antonio Barriga y yo. Comenzando el desempate ¿qué creen? comenzó a llover y fue aún más difícil porque el balcón del desempate era el chinchulín como le llamamos al guajolote, en el primer disparo los 5 fallamos, cosa increíble, del segundo al cuarto disparo con mucho sacrificio todos los acertamos, el quinto 2 fallaron y quedamos 3, comenzó la ronda de 5 disparos, pegamos los primeros 3, el cuarto fallamos nuevamente todos y el ultimo tuve la gran fortuna de acertar y mis amigos no.
Fue un gran honor el haber estado codo con codo con esos grandes tiradores y amigos míos.
La premiación fue muy emotiva, el encargado de repartir los premios fue otro gran amigo mío Armando Bone, después de ahí nos fuimos a comer todos como la gran familia que somos, pero ya era hora de marcharnos para el otro día ir al trabajo, así que nos despedimos de todos nuestros amigos y compañeros y vamos de regreso a casa.
No había pasado ni una hora de camino cuando de pronto se nos acercó una patrulla de caminos, nos indicó que nos orilláramos, mi esposa me pregunto si había excedido el límite de velocidad o que había hecho para que nos detuvieran, yo le dije que no, que seguramente era una revisión de rutina, para esto ya eran pasadas las 8 de la noche, se nos acercó y se presentó ante nosotros, pero lo curioso fue que nos identificó con nuestros nombres, a mí me dijo señor Rodolfo como se encuentra el día de hoy, yo me sorprendí muchísimo que supiera mi nombre, de igual forma saludo a mi esposa Silvia por su nombre, los dos desconcertados nos empezamos a poner nerviosos, nos preguntó si traíamos armas, le conteste que sí que veníamos de un evento, y que le mostraría los papeles de la transportación, el me comento que no era necesario que el confiaba en mí, después nos preguntó ¿ustedes tienes 5 hijos verdad? Mas nos sorprendimos y respondimos que sí, que nos estaban esperando en casa, le preguntamos que como sabia lo de nuestros hijos y no nos contestó, siguió haciendo preguntas sobre nuestra camioneta combi, como haciendo tiempo, yo creo que habrán pasado como unos 10 minutos y nos dejó marcharnos haciéndonos mucho hincapié que tuviéramos cuidado con el pavimento mojado.
No les miento amigos míos, unos cuantos kilómetros adelante ocurrió un horrible accidente, estuvieron involucrados varios automóviles y por lo que supimos desafortunadamente varias personas perdieron la vida, mi esposa y yo nos quedamos atónitos con lo ocurrido y llenos de miedo, no nos dijimos nada pero los dos comenzamos a llorar y me dijo mi esposa casi al llegar a casa ¿te fijaste Rudy que el policía nos previno de este accidente? Le conteste con los ojos llenos de lágrimas que había sido nuestro ángel de la guarda que hizo hasta lo imposible por que nos detuviéramos unos minutos, fue algo increíble amigos, mi esposa me abrazo y lloramos y lloramos, dimos gracias a Dios por la oportunidad de vida que nos dio al evitar que estuviéramos involucrados en aquel accidente.
Amigos, nunca pierdan la esperanza en Dios, siempre nos está cuidando y nos envía a sus ángeles para protegernos de todos los peligros.